Las dos velocidades de la innovación

Leyendo mucho desde hace muchos años y observando muchos lugares vamos aprendiendo las diferencias impresionantes que hay en la mentalidad de las personas de unos y otros lugares de cada país y del mundo en general. Hay personas con mentalidad muy arcaica y otras con una visión más abierta a los cambios. Es cierto que los cambios no son todos buenos pero sé, sino que tenemos que aprender a vivir con nuevos paradigmas, modelos y herramientas sin perder la educación.

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En el campo de la innovación existen muchos proyectos muy interesantes que se van presentando a diferentes personas, entidades, empresas e instituciones. Las respuestas que podemos recibir pueden dejarnos muy sorprendidos. Desde quienes piensan que «cualquiera» puede innovar a quienes tienen la intuición de que podrían desarrollar tu idea simplemente porque se la has planteado en diez minutos. Con estas personas tan burdas suceden cosas de lo más curiosas. Por ejemplo, hace ya muchos años, en Vitoria presenté varias ideas a concursos de emprendedores y me encontré con que una de mis ideas de empresa no ganó, pero en pocas semanas habían troceado la idea y se habían creado tres empresas mal planteadas desarrollando terriblemente mi idea. Por supuesto, fracasaron estrepitosamente.

Ese es un error muy habitual. Yo veo jugar a Rafa Nadal, le robo una de sus raquetas y me apunto al próximo abierto de tenis. Por supuesto, no gano ni un punto. Las ideas son como esa raqueta: solo sirven si las empuña quien de verdad sabe cómo usarlas.

En la geografía de cualquier país se puede ver lo que durante tantos años que llevo dedicados a la innovación me he encontrado. Me he sorprendido gratamente por personas que te mostraban lo que tenían: un edificio antiguo, un solar propiedad municipal, la antigua escuela, te escuchaban esperando que con suerte pudieras desarrollar ese proyecto que era bueno para ese pueblo y para la comarca. En muchos otros lugares, la actitud es mucho más pobre, menos abierto a la llegada de personas con mentalidad avanzada.

En Béjar, Salamanca, la localidad española en que tengo mi casa, un grupo de personas desarrolla un proyecto precioso, Béjar Innova. En una primera fase, se han establecido las líneas y áreas de trabajo. Se han presentado a continuación ante varias instituciones fundamentales en forma de proyecto. Con unos costes muy reducidos y casi sin medios se podría cambiar el destino de toda una comarca. De su respuesta, saldrá uno u otro animal: el proyecto si es apoyado podrá ser un guepardo alcanzando una repercusión histórica para la comarca o bien sin ese apoyo será una tortuga lenta y concienzuda. De lo que estamos seguros es que a la velocidad de la luz o en mucho tiempo, será una iniciativa que alcanzará su meta y, por tanto, se conseguirán los objetivos marcados.

Contacto: juannavidadNY@gmail.com

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